Obra

Aunque la obra de Emilia Pardo Umaña se agrupa principalmente dentro del género de la columna de opinión, tuvo también acercamientos a otros géneros periodísticos como el perfil, la entrevista, el reportaje, la crónica, la revista taurina, incluso con incursiones en la ficción, pues algunos de sus textos podrían calificarse como cuentos. No se limitó  una sola manera de comunicarse con sus lectores, dentro de los escritos de Emilia es frecuente encontrar gran variedad de juegos y recursos narrativos. Esto demuestra su versatilidad no sólo como periodista sino también como literata. 

A lo largo de su carrera se identifican cuatro periodos en los que resulta ostensible la evolución de su voz, su opinión, su estilo de escritura y la calidad de sus argumentos. A veces, movida por situaciones personales, o influenciada por la línea editorial de los diferentes medios en los que trabajó, las columnas de Emilia dan cuenta de su constante búsqueda por desarrollar su estilo. En su obra se destaca su perseverancia como escritora, cuya principal preocupación fue siempre atraer, dialogar y conectarse con el lector.

(1934 – 1942) De la nota social a la columna de opinión 

Esta primera etapa de la vida profesional de Emilia Pardo Umaña podría llamarse la etapa de aprendizaje, pues es en este periodo cuando Emilia se ve inmersa en la práctica periodística y hace escuela en el periódico El Espectador. En un primer momento Emilia se ocupa de las páginas sociales, donde se limita a la reproducción y registro diario del acontecer social: nacimientos, defunciones, matrimonios, efemérides, cumpleaños, viajes, enfermedades, entre otros.

A partir de 1936 Emilia entra de lleno a elaborar una columna diaria dentro de la página social y su estilo migra a temas de mayor complejidad. Con un tratamiento más profundo aborda los acontecimientos sociales y maneja temas que giran en torno a la vida cotidiana, la tradición, la etiqueta, el arte y hace sus primeros acercamientos a asuntos políticos. Finalmente en julio de 1939 se abre el segundo momento en esta etapa de la carrera de Emilia, quien gracias a la popularidad de la que goza entre sus lectores, hace el tránsito de la página social a la página de opinión, en donde marcará una profunda huella gracias a su versatilidad.

(1943 – 1946) Emilia en la política y en el periodismo comprometido

En este momento Emilia, quien lleva 10 años de vida periodística, agudiza su crítica, tratando con soltura asuntos políticos. Esta situación la lleva a confrontar fuertemente a la administración pública, y a los gobernantes. La vida cotidiana es eje transversal en su obra, permeada con mayor fuerza por la política. Su postura crítica frente a las administraciones la lleva a presentar quejas sobre los abusos que padecían los bogotanos y se esgrime como defensora del bienestar público.

Ahora mucho más experta en su oficio, y reconocida como una importante periodista en el país, Emilia reflexiona constantemente sobre el quehacer periodístico, sobre la formación, el ambiente laboral, la vocación y el amor al oficio, la ética periodística y la responsabilidad histórica de la prensa ante la patria, como medio no sólo de información, sino de educación para los ciudadanos.

(1947 – 1950) Ruptura y cambio

Marcada por los acontecimientos personales y políticos que siguieron a su exilio y al Consejo Verbal de Guerra, Emilia emprende un viaje por Europa. Fiel a su capacidad de reinventarse, ingresa como reportera a la redacción del diario El Tiempo, dejando de lado el estilo reaccionario, agresivo y mordaz que caracterizó sus escritos y comentarios políticos y opta por el género amable de la crónica de viaje.

Emilia muestra durante este periodo la facilidad que posee para la descripción y la ilustración. En un tono muy personal narra los ambientes y las sensaciones que le provocan; nunca se niega a opinar y sobre todo a recrear escenas cargadas de mística. Una forma de periodismo vanguardista, literario por completo. Su estilo cobra una mayor fluidez y elocuencia y empieza a adentrarse en terrenos de la ficción. Abiertamente muestra el goce que experimenta con la crónica de viaje, es rítmica, e ilustra vivazmente sus experiencias. Los personajes históricos, literarios y religiosos que pueblan Europa son recurrentes en sus relatos y le ganan la admiración de sus lectores en Colombia.

Mientras se encuentra en España, Emilia funge como corresponsal taurina para El Tiempo. Hace seguimientos de las temporadas que se abren y cierran a lo largo del año, y se constituye en Colombia como una importante revistera taurina gracias a las entrevistas exclusivas que logra con empresarios, críticos y diestros españoles.

(1951 -1961) Critica, autobiográfica y mordaz 

Hay que destacar de este periodo la redacción de su primera y única novela, Un muerto en la Legación, ficción de género policial que será publicada en 1951 por la Editorial Kelly en Bogotá y que gozó de popularidad entre sus lectores.

Emilia retorna a Colombia dueña de un estilo enriquecido, maduro, más agudo y crítico, que se ve reflejado en sus publicaciones. Tras su regreso a Bogotá, se incorpora de lleno al periódico El Tiempo. En este periodo Emilia se da a conocer como una cronista histórica y realiza una serie de reportajes sobre Bogotá, en los que personificando las estatuas, las plazas y la misma ciudad, cuestiona los procesos de modernización que se están implementando, trayendo consigo la destrucción del patrimonio arquitectónico y cultural de la vieja Santa Fe.

Este periodo, es también, el más autobiográfico de Emilia. En esta época escribe su famoso reportaje titulado: “María Umaña de Pardo”, que en la Antología de Grandes Reportajes Colombianos, aparece como “Reportaje a la mamá”. Dicha pieza es reconocida como una de las primeras y más interesantes muestras de periodismo literario en Colombia. En un tono tranquilo y transparente recrea una larga conversación con su madre, María Umaña, presentando al lector las costumbres familiares más íntimas de la cronista, que a la vez son reflejo de las tradiciones santafereñas de la época. 

La obra de Emilia comprende una amplia gama de columnas de opinión publicadas durante 27 años en diferentes diarios y revistas del país. Gracias a esta investigación se cuenta con una compilación de 400 columnas de Emilia publicadas entre los años 1934 y 1961.


Fuente: Flórez G. Lina, Pérez P. Pablo. Emilia Pardo Umaña, vida y obra de la primera mujer periodista en Colombia 1907-1961. Trabajo de grado para optar al título de periodistas. Universidad de Antioquia 2010. Medellín, Colombia.